Lanzado en junio de 2014, Murdered: Soul Suspect es uno de esos juegos que parecían querer ser algo especial, pero que se quedaron atrapados entre dos mundos: el de las buenas ideas y el de la ejecución a medias. Desarrollado por Airtight Games, un estudio con trabajos anteriores como Dark Void y Quantum Conundrum, y publicado por nada menos que Square Enix, este título prometía una experiencia de misterio sobrenatural diferente: un thriller detectivesco en el que no solo investigas un asesinato… sino que el muerto eres tú.
En este análisis vamos a destripar (sin spoilers fuertes, tranqui) lo que Murdered hace bien, en qué tropieza, y por qué – a pesar de todo – sigue siendo una experiencia que algunos recuerdan con cariño. Ponte la gabardina, prende tu cigarrillo ectoplásmico y acompáñame a resolver un asesinato… desde el otro lado.

Un gran arranque que se desvanece como un fantasma
La premisa de Murdered: Soul Suspect es inmediatamente llamativa: un detective asesinado que investiga su propio homicidio desde el más allá. La trama combina el thriller policiaco con lo sobrenatural de forma bastante original, envolviendo la aventura en una atmósfera de misterio y suspense muy particular. Al inicio, el juego engancha con un asesinato brutal en las calles de Salem (Massachusetts) y la promesa de descubrir al infame Asesino de la Campana. Nos encontramos con una ciudad famosa por las brujas de Salem, algo que el juego aprovecha añadiendo folclore e incluso recreaciones fantasmales de juicios por brujería, lo que le da sabor al trasfondo. La ambientación de Salem es oscura, lúgubre y bien conseguida, con escenarios sombríos que logran sumergirte de lleno en la historia. El tono es más de suspense y melancolía que de terror puro: abundan la intriga y ciertos momentos de tensión silenciosa, más que sobresaltos baratos.
La idea del “detective fantasma” se explota de manera interesante en la narrativa, pero quizás no con todo su potencial. Lo mejor del título es su planteamiento y el misterio central, con un argumento que tiene matices interesantes e inesperados cambios de ritmo. Sin embargo, tras un comienzo prometedor, la historia va perdiendo fuelle conforme se avanza. La premisa podría haber dado pie a una trama sensacional, pero termina entorpecida por la poca profundidad del asunto. Incluso los giros argumentales no logran sorprender del todo – la historia, pese a intentar un par de giros, nunca sorprende – haciendo que el desenlace se vea venir si prestamos atención. Aun así, el misterio mantiene cierta intriga hasta el final, apoyado en la singular mezcla de leyendas de brujería y fantasmas vengativos.


Una jugabilidad con alma… pero sin cuerpo
Ronan puede atravesar ciertos objetos, como este contenedor, aunque muchas zonas están bloqueadas por «murallas invisibles» espirituales. En términos jugables, Murdered: Soul Suspect se presenta como una aventura de investigación en tercera persona con toques sobrenaturales. La mayor parte del tiempo la dedicamos a explorar escenas del crimen y entornos en busca de pistas, para luego deducir qué ocurrió. Cada capítulo del juego es básicamente un caso: llegas a una localización (un apartamento, la comisaría, la iglesia, el manicomio, el cementerio, etc.), inspeccionas todo detenidamente, recopilas evidencias y finalmente unes cabos para reconstruir el suceso. La mecánica central es sencilla: examinar objetos relevantes y responder a una pregunta clave usando las pistas encontradas. El planteamiento de detective fantasma es muy interesante en teoría, pero en la práctica está implementado de forma un tanto superficial y simplificada. Por ejemplo, los puzles de deducción resultan en su mayoría muy fáciles de resolver, ya que casi siempre la respuesta correcta es evidente. En las pocas ocasiones en que no está claro cuál pista elegir, el juego tampoco penaliza: puedes intentar varias combinaciones hasta dar con la solución sin consecuencias negativas, pues no existe puntuación ni posibilidad de fracaso real. Esta falta de dificultad hace que las investigaciones pierdan tensión intelectual; no hay sensación de riesgo ni de “eureka” al resolver un caso, porque sabes que cualquier error es inocuo. El desafío es tan bajo que es posible completar el juego de una sentada sin mayores complicaciones.
Las mecánicas sobrenaturales distinguen a Murdered: Soul Suspect de otras aventuras detectivescas. Al ser un fantasma, Ronan dispone de habilidades especiales para su investigación: puede poseer a las personas vivas, lo que le permite leer sus mentes e influir ligeramente en sus pensamientos. En teoría esto suena genial – ¿quién no querría meterse en la cabeza de un testigo? – pero en la práctica está algo desaprovechado. Leer la mente suele limitarse a escuchar uno o dos pensamientos genéricos de cada NPC, que además se repiten en bucle. Pronto descubres que cada ciudadano solo tiene un par de frases predefinidas, así que la novedad se esfuma rápido. La posesión también sirve para hacer que alguna persona “se fije” en cierto objeto o recuerdo, desencadenando así una pista, pero de nuevo todo ocurre de forma muy guiada. No puedes controlar directamente a los humanos, solo influir en momentos puntuales predeterminados por la historia. Otra mecánica fantasmagórica es la de poltergeist: Ronan puede encender o apagar ciertos dispositivos electrónicos (televisores, impresoras, radios) para distraer a personajes vivos. Es un toque acorde con el tema espectral, pero está muy acotado a momentos específicos (por ejemplo, distraer a un guardia en la comisaría) y no llega a usarse de forma realmente creativa fuera de esas situaciones guionizadas. Conforme avanzamos en la historia, desbloqueamos un par de poderes adicionales: la teleportación a corta distancia, útil para sortear pequeños obstáculos o atravesar brechas, y la capacidad de revelar rastros ocultos del pasado en el escenario. Sin embargo, incluso estas habilidades llegan bastante tarde (el “dash” de teletransporte se obtiene casi al final) y sus aplicaciones jugables son restringidas. En resumen, el repertorio de poderes de fantasma tiene buenas ideas – la posesión de cuerpos es una mecánica original y llamativa – pero se siente infrautilizado. El juego rara vez nos desafía a combinar estos poderes de formas ingeniosas; más bien nos indica cuándo y dónde usar cada uno, manteniendo al jugador en un camino bastante lineal.
Hablando de linealidad, cabe mencionar que Salem funciona como un “mundo abierto” muy limitado. La ciudad está dividida en zonas semiabiertas que conectan las distintas escenas del crimen, y te deja vagar un poco entre misión y misión. Pero todo está teledirigido: el juego realmente te empuja de un escenario principal al siguiente en orden. No esperes aquí la libertad de un sandbox ni rompecabezas estilo L.A. Noire donde puedas acusar a quien quieras; más bien vas siguiendo los pasos marcados de la investigación de Ronan. Esto contribuye a que la jugabilidad se sienta algo repetitiva hacia la mitad del juego: la estructura de cada caso es muy parecida (explorar lugar nuevo, recolectar pistas, resolver puzle fácil, cinemática, siguiente lugar). Aunque se introducen ligeros cambios de contexto, la fórmula base no evoluciona demasiado, por lo que puede volverse monótona si esperabas más dinamismo o desafíos crecientes. El juego se queda corto y debería haber sido mucho más grande, con más mecánicas o contenido. En efecto, tras terminarlo (unas 6-8 horas de duración) deja la impresión de que no había suficiente juego, de que la idea daba para más. Eso no significa que la experiencia sea del todo negativa – pero sí que no alcanza a explotar por completo su premisa jugable. En lo interactivo, Murdered resulta simple: divertido para quien busque una aventura narrativa ligera y accesible, pero insuficiente para quien esperase un verdadero reto detectivesco o mecánicas sobrenaturales más profundas.
Salem entra por los ojos (aunque no por la potencia gráfica)
En el apartado visual, Murdered: Soul Suspect opta por una dirección de arte sombría y seria, acorde con su temática sobrenatural y detectivesca. Ronan, al convertirse en fantasma, conserva la apariencia que tenía al morir: su modelo de personaje muestra los impactos de bala brillando en el pecho y un tenue resplandor azulado alrededor de su figura. El contraste entre el mundo de los vivos, con tonos apagados y realistas, y el mundo espiritual etéreo de color azul grisáceo es uno de los aciertos artísticos del juego. Constantemente vemos cómo el entorno “normal” se superpone con efectos fantasmales – paredes semitransparentes, siluetas de objetos de otra época flotando, niebla y cenizas suspendidas en el aire – creando una atmósfera única. La estética noir también está muy presente: gran parte de la iluminación es oscura, con farolas tenues alumbrando calles vacías, interiores en penumbra y un clima generalmente nublado. Esta paleta de colores fría y lúgubre refuerza la sensación de melancolía y misterio. De hecho, la ambientación artística está muy bien lograda, “sombría y austera”, encajando perfectamente con el tono de la aventura. Cuando caminas por Salem, te envuelve ese aire decadente de un pueblo con un pasado trágico, y visualmente el juego transmite bien esa vibra.
Ahora bien, desde el punto de vista técnico, el juego no deslumbra. Sus gráficos son del montón para su época. Los modelados de los personajes principales (Ronan, Joy, etc.) están bien hechos y sus expresiones faciales son decentes, pero los personajes secundarios y NPC son bastante genéricos. Las animaciones pueden sentirse rígidas, especialmente en las escenas in-game (fuera de las cinemáticas). Hay cierta inexpresividad en algunos movimientos, algo entendible dado que no es un título de alto presupuesto. Los escenarios interiores, si bien detallados en decoración, tampoco alcanzan un nivel puntero en texturas o complejidad. Y como mencionamos, en exteriores se notan trucos para ahorrar recursos – calles poco pobladas, niebla para limitar la visión lejana, etc. Murdered fue lanzado en 2014, y ya en ese entonces se quedaba corto frente a otros juegos del momento en lo visual. Tiene texturas y acabados que intentan ser realistas sin llegar a conseguirlo del todo. También le falta algo de pulido general, le falta chispa en este aspecto. Esto no significa que se vea mal – de hecho, el juego cumple con cierta solvencia y logra su cometido atmosférico – pero definitivamente no es un portento técnico.
Lo que sí cabe aplaudir es la coherencia estilística. El diseño de Ronan como fantasma es muy distintivo: su cuerpo semitransparente con brillos, sus ojos con un matiz espectral y esos detalles como el humo del cigarrillo que parece evaporarse en el aire le dan mucha personalidad visual. Igualmente, los efectos cuando realizas acciones fantasmales – volutas de ectoplasma al atravesar una pared, o sombras que se disipan al exorcizar un demonio – están bien logrados y aportan inmersión. El juego también juega (valga la redundancia) con la iluminación de forma efectiva: hay un uso marcado de luces y sombras para crear suspense. Por ejemplo, al entrar en ciertas habitaciones, las luces parpadean o se ven figuras fantasmales cruzando en un destello, pequeñas cosas que no necesariamente afectan al gameplay pero sí a la atmósfera. También la escenografía de Salem está cuidada: carteles antiguos, arquitectura colonial mezclada con elementos modernos, referencias constantes a la historia de las brujas (en el museo y en los nombres de lugares). Todo esto dota al juego de un carácter reconocible. Podría decirse que la dirección de arte hace mucho con poco: con un motor modesto logra imprimir un sello distintivo gracias al estilo fantasmagórico. No llega al nivel de otros juegos narrativos de la época en términos de gráficos o cinematografía, pero se defiende en su nicho.


El sonido no impresiona, pero sí funciona
La banda sonora de Murdered: Soul Suspect está compuesta por Jason Graves (conocido por Dead Space y Tomb Raider 2013, entre otros), lo cual podría sugerir una música muy destacada. Sin embargo, en el juego la música opera de forma bastante sutil, pasando algo desapercibida durante la partida. Esto no es necesariamente una crítica negativa: la música se mantiene en segundo plano para reforzar la atmósfera sin robar protagonismo a la investigación. Predominan las piezas ambientales, con cuerdas tenues, notas de piano melancólico y sintetizadores que realzan el misterio. En momentos de tensión (como al acechar un demonio), la música sube en disonancia y volumen para ponernos nerviosos, mientras que en las escenas emotivas se torna más triste y lenta. No hay melodías pegadizas o un tema principal memorable que tararees después, pero cada pista cumple su función.
Y es que el sonido ambiental juega un papel importante en Murdered. Cuando Ronan camina por las calles vacías, se oyen susurros indistintos, ecos lejanos de pasos o llantos, como si las paredes hablaran. Al entrar en una zona con pistas ocultas, a menudo escuchamos voces fantasmales o latidos, pistas auditivas que nos indican que hay algo que revelar. Estos efectos son sutiles pero contribuyen mucho a la inmersión: realmente sientes que el mundo de los muertos te rodea con sus lamentos. Cada ente o suceso sobrenatural tiene su sello sonoro: los demonios emiten chillidos escalofriantes y gruñidos guturales que te ponen en alerta, mientras que los flashbacks de memorias vienen acompañados de un sonido como de viento arrastrando ceniza. En contraste, el mundo de los vivos suena mundano (gente tecleando en la comisaría, puertas abriéndose, sirenas a lo lejos) pero amortiguado, como si Ronan lo percibiera desde detrás de un velo. Este uso del sonido para diferenciar planos es muy interesante. Por ejemplo, cuando posees a un civil para escuchar sus pensamientos, el audio se enfoca en su voz interna con un leve eco, sumergiéndote en su cabeza por un instante.
Un aspecto final a mencionar es cómo el juego usa el sonido para la narrativa ambiental. En varios puntos, al activar ciertos coleccionables, escucharemos escenas del pasado: por ejemplo, audios de interrogatorios, discusiones o confesiones vinculados a un objeto que encontramos. Estos audios actúan casi como pequeñas grabaciones fantasmales que nos cuentan historias paralelas (como la historia de un asesino de brujas en el siglo XVII que luego se relaciona con el villano actual). Están bien actuadas y añaden contexto sin necesidad de cinemáticas. Es otro acierto en la utilización del sonido para enriquecer la trama de fondo.
Conclusión final sobre Murdered: Soul Suspect
Murdered: Soul Suspect tenía todo para ser una joya: un detective muerto, una ciudad cargada de leyendas y un estilo visual con mucha personalidad. Pero se quedó en promesa. Su jugabilidad es simple, repetitiva y poco desafiante, y las mecánicas sobrenaturales, aunque originales, están desaprovechadas. A nivel visual y sonoro cumple, pero sin deslumbrar. No es un mal juego, ni mucho menos, pero tampoco es esa joya oculta que algunos recuerdan. Es una experiencia corta y entretenida, ideal si buscas una historia ligera con toques paranormales… siempre que no esperes profundidad ni libertad real. Una buena idea, atrapada en un diseño demasiado contenido.

