Hay juegos que cuando vuelven en HD te hacen pensar: “vale, otro refrito más”. Pero con Donkey Kong Country Returns HD pasa algo distinto. No es solo un port bonito, es el regreso de uno de los plataformeros más cabrones y adictivos de los últimos tiempos, ese que te hacía sudar en la Wii a base de barriles, saltos imposibles y cohetes que parecían diseñados para romper mandos.
La jungla de Donkey y Diddy regresa con más resolución, controles más cómodos y la misma mala leche de siempre. No esperes que el juego te dé la mano: aquí cada error se paga, y cada victoria sabe como si hubieras conquistado un Everest pixelado. Es de esos títulos que te hacen gritar de rabia… y al minuto ya estás dándole al “reintentar” porque no puedes soltarlo.
En este análisis vamos a repasar lo bueno, lo malo y lo que se siente exactamente igual que hace más de una década, desde su jugabilidad hasta su música, pasando por la dificultad que sigue siendo marca de la casa. Así que agarra los plátanos, que nos vamos de cabeza a la jungla.

Cuando cada plátano esconde una trampa
Si algo mantiene vivo a Donkey Kong Country Returns HD es ese diseño de niveles que no te da ni un respiro. Cada escenario está armado como una emboscada disfrazada de jungla tropical: saltos milimétricos, barriles puestos con mala leche y enemigos que parecen estar colocados por un arquitecto del sufrimiento.
La variedad de mundos es brutal. Pasas de selvas vibrantes a minas locas, de playas soleadas a volcanes que te vomitan lava en la cara. Y cuando crees que ya lo has visto todo, te sacan una fase en silueta que parece un videoclip y que, además de bonita, exige reflejos de ninja. Todo esto en HD luce mejor, sí, pero lo que realmente brilla es la creatividad con la que cada nivel está diseñado.
Los secretos y coleccionables son otra historia. Aquí algunos se esconden y otros están para que los encuentres fácil. Las letras KONG y las piezas de puzle están colocadas como cebos para que caigas en la trampa aunque también hay algunas piezas de puzle que tendrás que fijarte bien en si ahí no hay una bien escondida. Muchas veces las ves, sabes que es una emboscada, pero igual saltas porque tu lado completista te empuja… y claro, terminas cayendo en un hueco.
El ritmo de progresión no perdona. El juego empieza suave, casi amable, pero poco a poco aprieta hasta que en los últimos mundos ya estás sudando como si estuvieras en un Dark Souls en 2D. Retro Studios no quiere que llegues al final por inercia, quiere que luches por cada nivel. Y aunque a veces frustra, también es lo que convierte cada superación en una pequeña victoria épica.
¿HD de verdad o solo barniz brillante?
Cuando un juego de Wii se anuncia en versión “HD”, la pregunta automática es: “¿me están vendiendo lo mismo pero más bonito, o de verdad han tocado cositas que importan?”. Y en el caso de Donkey Kong Country Returns HD, la respuesta está un poco en tierra de nadie: sí hay mejoras, pero tampoco esperes un renacimiento estilo Tropical Freeze.
Lo más evidente es el lavado de cara gráfico. Texturas más limpias, colores que por fin no parecen pasar por un filtro borroso y un framerate más estable hacen que todo luzca mucho más sólido en pantallas modernas. Eso sí, no busques un rediseño brutal ni animaciones nuevas: es el mismo juego con traje planchado.
En cuanto a controles, el salto a un mando tradicional le sienta de lujo. La versión de Wii obligaba a agitar el Wiimote para acciones básicas como rodar, y aunque en su día era “divertido”, la verdad es que acababa cansando y no siempre respondía bien. Ahora todo va con botones, mucho más preciso y cómodo, lo que reduce esa sensación de control tosco en los momentos críticos.
La gran pregunta: ¿qué pasa con la dificultad? Pues que Retro Studios no se ha cortado un pelo. El juego sigue siendo un hueso duro, pero hay pequeños ajustes que suavizan la experiencia, como un sistema de ayudas más generoso y checkpoints algo más amables. No llega a ser un “modo fácil” de manual, pero sí evita que quieras lanzar el mando por la ventana en los niveles de cohete.


¿Dos monos mejor que uno?
Si jugar a Donkey Kong Country Returns HD ya es duro en solitario, imagínate compartir la jungla con alguien más. El cooperativo regresa en esta versión y, como en Wii, permite que un jugador controle a Donkey y el otro a Diddy. En teoría es el plan perfecto para disfrutar juntos; en la práctica, depende mucho de con quién te sientes en el sofá.
La mecánica es sencilla: ambos jugadores pueden moverse libremente por el nivel, ayudarse, cubrirse las espaldas… o estorbarse sin querer (más veces de las que quisiéramos). El cambio del Wiimote al mando tradicional es un alivio: ahora todo responde con mayor precisión, y ya no hay que estar agitando los brazos como si jugaras al Just Dance. Eso sí, el caos no desaparece, porque la jungla está diseñada para que un descuido de cualquiera arrastre al otro directo al vacío.
¿Es divertido o caótico? Pues las dos cosas, y a partes iguales. Hay momentos gloriosos en los que uno sujeta un barril en el instante justo, o ambos sincronizan saltos imposibles y superan la fase como si fueran pros de speedrun. Pero lo normal es que reine el desorden: muertes tontas, choques absurdos, discusiones sobre quién iba a coger esa pieza de puzle. Y es ahí donde está la magia: el cooperativo no es “eficiente”, es un festival de risas, gritos y frases tipo “¡pero espera, burro, que no estaba listo!”.
Un detalle importante: el cooperativo es solo local. Nada de online, y eso en 2025 se siente como una ocasión desperdiciada. Hubiera sido épico poder jugarlo con un amigo a distancia, pero Retro Studios decidió mantenerlo old school: si quieres sufrir y reír, tiene que ser en la misma sala.
La experiencia en coop depende mucho de quién te acompañe. Con un colega con reflejos afilados, el reto se vuelve más llevadero y hasta estratégico. Pero si lo juegas con alguien más casual, prepárate para que la dificultad se dispare: la jungla no perdona, y aquí un error de tu compañero puede costarles vidas y paciencia.
Un viaje largo… si eres completista
Acabar Donkey Kong Country Returns HD no es un paseo de domingo, pero tampoco es un maratón eterno. Si vas a saco, sin preocuparte por coleccionables ni secretos, puedes terminar la historia principal en unas 10-12 horas. Eso sí, aquí viene la trampa: el juego está diseñado para tentarte con sus piezas de puzle, letras KONG y niveles ocultos que te miran desde el mapa como diciendo “¿a que no puedes conmigo?”.
Y claro, si caes en la trampa (que lo harás), la duración se dispara. Los incentivos para rejugar son muchos: coleccionables escondidos con mala leche, fases extra que solo se desbloquean al completar al 100% y la satisfacción masoquista de superar cada mundo en todas sus variantes. Además, está ese plus de orgullo gamer: pocos juegos actuales te dan esa sensación de “me lo pasé, pero ahora voy a demostrar que puedo con TODO”.
Ahora, la gran pregunta: ¿merece la pena si ya lo jugaste en Wii o 3DS?
Depende. Si en su día lo exprimiste al máximo, el HD no trae tantas novedades como para justificar volver a recorrerlo entero, salvo que seas fanático del reto y quieras revivirlo con mejor resolución y controles más cómodos. Pero si lo jugaste a medias, lo dejaste tirado por la frustración o directamente nunca lo tocaste, esta versión es la forma más accesible y pulida de hacerlo.


Nostalgia que retumba en los tambores
Uno de los grandes ganchos de Donkey Kong Country Returns HD no está en los plátanos ni en los barriles, sino en tus oídos. La banda sonora siempre fue un pilar de la saga, y en esta versión se mantiene esa mezcla entre homenaje y reinterpretación que te hace sonreír y sudar a partes iguales.
La banda sonora tira fuerte de la nostalgia: temas clásicos como Jungle Hijinxs o Mine Cart Madness vuelven con arreglos más potentes y modernos, pero sin perder la esencia original. No es solo un “copy-paste” con más instrumentos; son reimaginaciones que respetan la melodía y al mismo tiempo le meten más energía, para que cada salto y cada persecución tenga un pulso épico detrás. Eso sí, hay jugadores que sienten que algunas versiones no llegan a tener la magia cruda y atmosférica de las composiciones de David Wise en SNES. En otras palabras: es espectacular, pero no siempre iguala al original.
Los efectos de sonido y la ambientación cumplen su papel: los rugidos de los enemigos, el crujido de los barriles, el “pop” de las lianas o el estruendo de un volcán en erupción ayudan a meterte de lleno en cada nivel. Sin embargo, en esta versión HD se nota que muchos sonidos son reciclados directamente de Wii, sin demasiada actualización. Funcionan, pero no sorprenden. Es más un “esto ya lo escuché” que un “wow, qué diferencia”.
En conjunto, el apartado sonoro refuerza la experiencia. La música brilla con fuerza gracias a la mezcla de nostalgia y arreglos modernos, mientras que los efectos cumplen sin destacar demasiado. No es un trabajo que revolucione, pero sí mantiene esa atmósfera única que hace que la jungla de Donkey Kong se sienta viva y reconocible desde la primera nota.
Conclusión final sobre Donkey Country Returns HD
Donkey Kong Country Returns HD no es un remake revolucionario, pero sí la mejor forma de jugar uno de los plataformeros más cabrones y divertidos de los últimos tiempos. Frente a Tropical Freeze HD se queda corto en frescura y variedad, pero aguanta el tipo gracias a su diseño de niveles retante y a la mejora en controles respecto a la versión de Wii. Para nuevos jugadores es una jungla imperdible; para veteranos dependerá de cuánto quieran revivir el sufrimiento (y la gloria) de hace más de una década.

