Hoy traemos algo fresquito para los amantes de los videojuegos. Vamos a charlar sobre Deflector, un juego que ha dado que hablar. Este título fue desarrollado por Arrowfist Games y salió al mundo en 2022. Vamos a meterle mano y hacer un análisis para ver de qué va, qué onda con su jugabilidad, sus puntos fuertes y, claro, si vale la pena darle una chance. ¡Así que seguid leyendo, que se viene interesante!

Una historia futurista que, aunque interesante, no llega a ser especialmente trascendente
En Deflector, la trama está ambientada en un futuro donde los humanos han evolucionado para integrarse de manera radical con la tecnología. Aquí, las cosas han salido mal y te encuentras atrapado en un mundo donde las mutaciones y los experimentos científicos han perdido el control.
La historia de Deflector no es un hito literario. Es bastante directa y se centra más en la acción y la atmósfera que en ofrecer una narrativa compleja o llena de giros. El enfoque está en cómo las mecánicas de combate se integran con el mundo que te rodea.
En lugar de desarrollar una trama extensa con diálogos o cinemáticas largas, la historia se va revelando poco a poco a medida que exploras y luchas en los niveles. Pistas y detalles en el entorno te proporcionan una idea de lo que ha sucedido y por qué haces lo que haces. Básicamente, es más una historia que se vive a través de la experiencia de juego que a través de una narrativa tradicional.
Jugabilidad centrada en los reflejos
Deflector es un juego de acción tipo roguelike, cuyo principal atractivo es la habilidad de desviar ataques. Te mueves por un mapa enfrentándote a enemigos mientras intentas sobrevivir y mejorar a tu personaje. Es rápido, intenso y tiene ese estilo de «prueba y error» típico de los roguelikes, donde cada partida es un nuevo desafío.
Usar las balas de los enemigos en su contra es muy satisfactorio. Te hace sentir como un Jedi con un escudo, lo que le da un toque único al juego.
En cuanto a la dificultad, es un juego en el que probablemente morirás varias veces. Si eres fan de los juegos desafiantes, te va a enganchar. Pero si te frustras fácilmente, puede costarte más. Es el típico juego donde cada muerte te enseña algo nuevo, aunque a veces el castigo puede parecer demasiado severo. Aprender los patrones de los enemigos y dominar la mecánica de desviar ataques es clave.
Al ser un roguelike, cada partida es diferente gracias a la generación procedimental de niveles y la variedad de habilidades que puedes desbloquear. Sin embargo, tras varias partidas, algunos elementos pueden sentirse repetitivos, especialmente si no hay mucha variación en los mapas o los enemigos. El atractivo está en las mejoras y habilidades desbloqueables, que permiten modificar tu estilo de juego, aunque no reinventa la rueda en términos de variedad.
Los controles son ágiles y responsivos, lo que es esencial en un juego de este tipo. Moverte y reaccionar en tiempo real es crucial, y los reflejos juegan un papel importante. A veces la pantalla puede llenarse de enemigos y proyectiles, lo que puede resultar agobiante, pero es parte del encanto.
Al igual que en la mayoría de los roguelikes, desbloquear habilidades y mejoras con el tiempo es fundamental. Morir no es el fin, ya que puedes usar lo aprendido o lo desbloqueado para mejorar en la siguiente partida.
El juego, aunque frenético, también premia la estrategia. Puedes usar elementos del escenario para atrapar o derribar a los enemigos, lo que puede facilitar la partida en momentos difíciles.
No obstante, a pesar de su intensidad, Deflector tiene algunos problemas que pueden afectar la experiencia. El juego puede volverse repetitivo, especialmente en la variedad de ataques de los personajes y los enemigos. A diferencia de juegos como Wizard of Legend, donde las mecánicas son más variadas, aquí todo se centra en la mecánica de desviar ataques, lo que limita las opciones del jugador.


Un apartado técnico con algunos problemas en la versión para Nintendo Switch
Deflector no es un juego que vaya a poner a prueba tu tarjeta gráfica, a no ser que tengas un ordenador de hace más de una década. Tiene un estilo gráfico simple pero pulido, con una estética futurista y limpia que encaja bien con la temática de ciencia ficción.
Los efectos de los ataques y proyectiles están bien trabajados, con VFX de luces y partículas que complementan perfectamente la estética del juego, aunque no sean nada extraordinario.
Si planeas jugarlo en PC, el juego corre bien en la mayoría de los equipos, ya que está bastante optimizado. No es uno de esos juegos que sufre caídas de FPS o bugs graves (al menos en la mayoría de las situaciones). Sin embargo, en sistemas menos potentes, como en la versión de Nintendo Switch, podrías experimentar tirones si la acción se vuelve muy intensa, aunque en general es estable.
La física no es un gran enfoque en este juego. Se centra más en el combate y la velocidad, por lo que no esperes un sistema de físicas avanzado o realista. Los proyectiles y los desvíos funcionan bien y responden como se espera, pero no hay mucho más que destacar en este apartado.
En cuanto a los bugs, no hemos encontrado muchos problemas graves, aunque como en cualquier juego, pueden aparecer errores menores como colisiones extrañas o enemigos con comportamientos anómalos. No son fallos que arruinen la experiencia, pero pueden romper un poco la inmersión. En la versión de Nintendo Switch nos encontramos con el famoso popping, que hace que algunos modelos aparezcan de la nada, como ocurrió con algunos enemigos. Aunque esto le resta algo de pulidez al juego, no afecta de forma drástica la jugabilidad. Lo que sí es notorio, como también sucede en Wizard of Legend para Switch, son las largas pantallas de carga, especialmente al iniciar el juego o al reiniciar la partida, lo que puede resultar frustrante.
Algo que afecta a todas las versiones es la inteligencia artificial de los enemigos. Después de un par de partidas, es fácil aprender sus patrones de ataque y sus movimientos en cada fase, lo que puede restar desafío una vez te acostumbras.
Un estilo artístico de ciencia ficción
Deflector tiene una estética futurista, que mezcla elementos de ciencia ficción con componentes biológicos. Es como si estuvieras dentro de un laboratorio de alta tecnología lleno de mutantes y experimentos extraños. Los colores que utiliza son bastante brillantes, con mucho neón, verde fosforescente y tonos metálicos, lo que le da esa vibra de ‘mundo digital’ o ‘cyberpunk’, pero sin exagerar.
Su estilo es minimalista y sencillo, pero se introduce bien con la jugabilidad rápida y el enfoque en el combate. Los personajes principales se ven como agentes modificados genéticamente, lo que encaja con la narrativa, aunque no llegan a ser especialmente impresionantes. Por otro lado, los enemigos son variaciones de criaturas que parecen el resultado de experimentos fallidos. Hay bichos, drones y mutaciones extrañas, pero no hay una gran variedad en su diseño.
Los escenarios están diseñados como arenas futuristas o laboratorios con un toque distópico. Los fondos se sienten algo vacíos, sin muchos detalles o profundidad. Esto tiene sentido, ya que el enfoque está en la acción rápida, no en detenerse a admirar el paisaje.
A veces, los colores saturados y los efectos brillantes pueden resultar algo confusos cuando hay demasiada actividad en pantalla. El exceso de brillo y neón puede jugar en tu contra, haciendo que pierdas de vista lo que sucede en medio del caos, tal como mencionamos en el apartado jugable.


Un apartado sonoro que puede volverse repetitivo con el tiempo
El estilo musical es mayormente electrónico, con ritmos rápidos y energéticos que encajan bien con el ritmo frenético del juego. Te mantiene bien enganchado en la partida, con ese rollo de acción constante, pero la verdad es que pasa un poco desapercibido. Principalmente, está diseñado más para acompañar que para destacar por sí mismo. Va bien con lo que pasa en pantalla, pero no te va a impactar ni hacer que busques la playlist para escucharla día y noche.
En cuanto a sus efectos de sonido (SFX), aquí es donde el juego tiene más peso. Los efectos de sonido de los disparos, los desvíos de proyectiles y las explosiones están bien logrados. Cuando devuelves un ataque o explotas a un enemigo, suena con la fuerza suficiente para que sientas que hiciste algo poderoso. No es que vaya a ganar premios de audio, pero son efectos lo bastante contundentes como para que te metas en el combate.
Eso sí, cuando la pantalla se llena de proyectiles y enemigos, los sonidos pueden volverse algo repetitivos o incluso abrumadores. Después de un rato, escuchar el mismo sonido de «ping» cada vez que desvíes un ataque llega a cansar un poco. No es que esté mal, pero si juegas sesiones largas, te puede saturar.
¿Existe algún elemento de innovación en Deflector?
Deflector, como tal, no inventa nada que no se haya hecho en otros videojuegos; sin embargo, sí que, dentro de su propio género, tiene una mecánica principal que lo diferencia del resto: la desviación de proyectiles. A diferencia de otros juegos de acción, donde solo esquivas o disparas sin mucho control, aquí tienes que usar la habilidad de desviar balas y ataques enemigos. Eso es lo que lo hace sentir algo diferente. No se trata solo de esquivar de manera tradicional, sino que también puedes usar el entorno y los ataques enemigos a tu favor. Mola bastante devolverles sus propios disparos y ver cómo les explotan en la cara; es como ese placer de devolverle la pelota a alguien en el tenis.
Eso sí, fuera de esa mecánica, el juego sigue siendo un roguelike de acción bastante típico. Si ya has jugado a otros juegos del género, no te vas a encontrar muchas sorpresas. Tienes las clásicas runs procedurales, mejoras progresivas y una dificultad creciente. Está bien hecho, pero tampoco es que te vaya a sorprender en cuanto a ideas frescas o algo que nunca hayas visto antes, aparte de lo anteriormente mencionado.
¿Qué duración tiene Deflector?
Como buen roguelike, la duración de Deflector depende en gran medida de la habilidad del jugador y de su disposición a mejorar con cada intento. Una partida completa puede tomar entre 5 y 10 horas si ya tienes bastante experiencia en este tipo de videojuegos. Sin embargo, el juego puede ofrecer muchas más horas de entretenimiento, ya que su verdadero atractivo radica en la rejugabilidad, lo que podría llevar a que te dure perfectamente 30 horas o más, especialmente si es tu primer roguelike.
Conclusión final sobre Deflector
Deflector es un roguelike sólido con una mecánica central innovadora que gira en torno a la manipulación de los proyectiles enemigos. Su jugabilidad rápida y su estilo artístico futurista lo hacen atractivo, aunque su apartado técnico, especialmente en lo referente a colisiones e inteligencia artificial, podría mejorarse. La banda sonora acompaña bien la acción, sin llegar a ser especialmente épica. Para los fans de los roguelikes que buscan una experiencia diferente, basada en reflejos y estrategia, Deflector ofrece algo nuevo y entretenido, aunque presenta algunas limitaciones en cuanto a la variedad visual y la profundidad narrativa.
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