Análisis de Batman: Arkham City (PS3, PS4, Pc, Nintendo Switch, Xbox One y Wii U)

Batman: Arkham City, ¡qué juegazo! Lo sacaron en 2011 y fue Rocksteady Studios quien se lució con este título. Warner Bros. Interactive Entertainment se encargó de distribuirlo, pero lo que se siente es que Rocksteady ya venía con toda la confianza después del éxito de Arkham Asylum, y aquí simplemente lo llevaron al siguiente nivel.Es el tipo de juego que te mete de lleno en el universo de Batman, con personajes memorables como el Joker, Catwoman, y hasta Harley Quinn, todos con ese toque oscuro que hace que no puedas soltar el mando. Y ni hablar de la historia… Rocksteady supo cómo juntar acción y narrativa para que termines pegado a la pantalla.

No hay ningún videojuego de superhéroes que cuente la historia de la manera en que lo hace Batman: Arkham City

Batman: Arkham City te agarra desde el principio y no te suelta. La premisa ya es una locura: Gotham ha decidido aislar una parte de la ciudad y convertirla en una prisión al aire libre, metiendo ahí a todos los criminales más peligrosos. Obvio, eso no puede salir bien, ¿verdad? Y ahí es donde Batman tiene que meterse, porque, además de todo, Bruce Wayne es secuestrado por Hugo Strange, el tipo que está detrás de todo este lío. Y no te cuento más por los spoilers, pero la trama va escalando de forma brutal.

La historia es oscura, muy en la línea del universo de Batman, con giros inesperados, personajes icónicos como Joker, Catwoman, Two-Face, y Mr. Freeze. Cada uno de ellos tiene un papel importante en la narrativa y aporta a ese ambiente de caos en Arkham City. Además, te hace sentir que siempre hay algo más por descubrir, con un montón de misiones secundarias que profundizan en la historia de estos villanos y en los secretos de la ciudad.

El Joker, como siempre, se roba el show. Su relación con Batman es clave aquí, y hay momentos que te dejan con la boca abierta. La tensión entre ellos es palpable, y algunos diálogos son de esos que te hacen pensar, ‘¡Joder, esto es buenísimo!’. Además, Hugo Strange como villano principal aporta ese toque de intriga, porque desde el principio te deja claro que sabe quién es Batman y tiene un plan mucho más grande en mente.

Si no eres fan de los cómics o del lore de Batman, puede que algunos personajes o referencias te pasen de largo. Pero, sinceramente, ¿quién juega un juego de Batman sin conocer un poco de su mundo? Aun así, para algunos podría ser demasiado contenido de golpe.

En resumen, la historia es lo suficientemente sólida y emocionante para atraparte de principio a fin, pero con tantos villanos y tramas, puede llegar a sentirse un pelín sobrecargada. ¡Pero vamos, sigue siendo una de las mejores historias que verás en un juego de superhéroes!

Un sistema de combate que te sumerge por completo en la piel de Batman

Si hablamos de cómo se juega Arkham City, te puedo decir que se siente como ser Batman, literalmente. El sistema de combate es una delicia. Siguen usando ese esquema que introdujeron en Arkham Asylum, el famoso ‘free flow combat’. Es simple, pero súper efectivo. Un botón para atacar, otro para contraatacar, y algunos artilugios para combinar entre golpes. Al principio puede parecer básico, pero una vez que le coges el truco, te sientes como un maestro del combate, encadenando golpes y haciendo piruetas que harían que cualquier villano se lo piense dos veces antes de acercarse. ¡Pocas cosas son tan satisfactorias como terminar un combo largo sin que te toquen!

Además del combate fluido, tienes una ciudad que te deja moverte como quieras. Grapple aquí, planea allá, salta desde los tejados… es una pasada. Te da esa libertad de explorar y decidir cómo enfrentarte a los enemigos, ya sea de frente o usando el sigilo, que es otro aspecto brutal del juego. Batman no es solo puños, también es estrategia, y las secciones de sigilo te permiten usar el entorno para acechar a los enemigos, hacerles emboscadas, o simplemente asustarlos para que se rindan.

El uso de artilugios también le añade variedad al combate y al sigilo. Tienes el Batarang, la Batgarra, explosivos, y cada uno tiene su utilidad. Lo divertido es que puedes integrarlos sin problemas en mitad de una pelea, dándole más dinamismo a todo. Y ni hablar de las mejoras que vas desbloqueando; cuanto más juegas, más letal te vuelves.

El sigilo, aunque es genial, a veces se siente un poco fácil. Los enemigos no son especialmente listos. Si te descubren, solo basta con desaparecer por un rato, y ellos olvidan que estabas ahí. Eso le quita un poco de emoción a las secciones donde deberías estar al límite, tratando de no ser visto.

Ah, y luego está la parte de las batallas contra jefes. Algunas son épicas, como la pelea contra Mr. Freeze, que requiere estrategia y usar todo lo que has aprendido. Pero otras son más bien mediocres, como si estuvieran ahí solo para cumplir con la cuota de ‘jefe final’. Hubo momentos en los que esperaba más de esos encuentros.

La jugabilidad es fluida y te mete en la piel de Batman, con combates entretenidos y secciones de sigilo que te hacen sentir como el detective y vigilante que conocemos. Aunque tiene sus altibajos, lo bueno pesa mucho más, y sigue siendo una experiencia súper satisfactoria. Es uno de esos juegos que cuando terminas una pelea perfecta o eliminas a un grupo de enemigos sin ser visto, te hace sentir como un auténtico badass.

Técnicamente es bastante bueno, pero podría haberse afinado más

Desde el punto de vista técnico, Batman: Arkham City tiene bastante de lo que presumir, especialmente para el momento en que salió en 2011. El juego corre en el Unreal Engine 3, y aunque ese motor ya tenía sus añitos, Rocksteady lo exprimió al máximo para darnos un mundo abierto súper fluido, con un montón de detalles. La ciudad de Gotham está llena de vida (bueno, de criminales), y hay muy pocos tiempos de carga, lo que era un puntazo en su momento. Puedes moverte por toda la ciudad sin interrupciones, ya sea planeando o usando el gancho, lo que ayuda muchísimo a la inmersión.

El rendimiento en general es sólido. En PC, por ejemplo, el juego estaba muy bien optimizado. En consolas, también rendía de manera estable, sobre todo en PS3 y Xbox 360, aunque no se libraba de ciertos problemillas que ya mencionaremos. Los tiempos de carga son casi inexistentes una vez estás dentro del mundo abierto, y los movimientos de Batman son fluidos, tanto en combate como en las animaciones de sigilo o escalada. Algo que se agradece mucho es que el framerate generalmente se mantiene estable, lo que hace que el combate sea suave.

Las físicas del juego también son bastante impresionantes. Cuando lanzas a un enemigo con un golpe, realmente sientes el impacto, y los entornos destructibles, aunque no están por todas partes, le añaden un toque extra de realismo a las peleas. Además, el uso de artilugios como la Batgarra o los explosivos interactúan bien con el entorno.

Si bien el rendimiento es bastante sólido en PC, las versiones de consola, especialmente en la generación de PS3 y Xbox 360, tenían algunos problemas de caídas de framerate, sobre todo cuando había muchos enemigos en pantalla o cuando volabas rápidamente por la ciudad. No era algo que arruinara la experiencia, pero podía ser un poco molesto en momentos clave.

El otro punto donde Arkham City flaquea un poco es en los glitches. No son súper comunes, pero de vez en cuando te encuentras con algunos bugs. Hay momentos en los que enemigos se quedan trabados en el entorno o en los que Batman se queda atascado en alguna parte del escenario, lo que te obliga a recargar un punto de control. Esto no ocurre demasiado, pero cuando pasa, puede romper la inmersión.

También está el tema del diseño de la interfaz. Aunque cumple su función, no es lo más elegante o intuitivo que hemos visto. Los menús son algo básicos y navegar entre artilugios o mejoras a veces se siente torpe, especialmente en medio de la acción.

En cuanto a la inteligencia artificial (IA), los enemigos podrían ser un poco más listos. En combate, se comportan bien y te rodean de forma creíble, pero en las secciones de sigilo, como mencioné antes, son algo tontos. Si te ven y te escondes, se olvidan de ti demasiado rápido, lo que hace que las secciones de sigilo no sean tan desafiantes como deberían.

Otro punto técnico a destacar es el modo DX11 en PC, que introducía mejoras gráficas como teselación y sombras mejoradas, pero podía ser problemático en su lanzamiento, con bugs que afectaban el rendimiento y la estabilidad. Muchos jugadores preferían jugar en DX9 por estos problemas.

Nuestra conclusión: el apartado técnico de Batman: Arkham City hace muchas cosas bien. Es fluido, está bien optimizado en general, y ofrece una experiencia de mundo abierto sin interrupciones, pero tiene algunos detalles como caídas de framerate en consolas, pequeños bugs, y una IA mejorable en las secciones de sigilo. Nada que arruine el juego, pero sí cosillas que podrían haberse afinado un poco más.

Un apartado artístico que encaja a la perfección

Arkham City tiene una estética que realmente te mete en el universo de Batman, y eso es algo que Rocksteady clavó. Visualmente, el juego se siente oscuro, sucio, y muy gótico, que es justo lo que uno espera de Gotham. La ciudad tiene esa vibra de lugar decadente, lleno de rincones sombríos, edificios con arquitectura gótica, y callejones peligrosos. Cada zona de la ciudad está diseñada para reflejar la locura que ha tomado el control de ese lugar, y la atmósfera te mantiene siempre alerta.

Lo más destacable es cómo han logrado capturar la esencia de cada personaje a través de su diseño. Batman se ve imponente, con esa mezcla de tecnología y fuerza bruta, mientras que el Joker tiene ese aspecto desquiciado que lo hace tan memorable. Los trajes de todos los personajes están llenos de detalles, y no se sienten genéricos en absoluto. Además, el juego tiene una gama de colores que, aunque es mayormente oscura, está salpicada por detalles como los colores llamativos de Harley Quinn o los neones de algunos edificios, que le dan ese contraste justo para que no sea un mundo completamente gris.

La ciudad en sí misma es casi un personaje más. Cada distrito tiene su propio estilo visual. Por ejemplo, el distrito industrial es un caos de fábricas abandonadas y chimeneas humeantes, mientras que la parte más vieja de Gotham tiene ese toque arquitectónico gótico clásico. Cada área está diseñada para sentirse única, y eso te motiva un poco más a explorar.

Además, la iluminación es brutal. Gotham está mayormente en penumbra, pero las luces de los postes, los neones y la luna sobre la ciudad le dan un ambiente casi cinematográfico. Jugarlo de noche, con esas sombras largas y la lluvia cayendo, es una experiencia genial.

Aunque Gotham es impresionante en términos de atmósfera, a nivel de detalle en el entorno, algunas texturas pueden verse un poco planas o genéricas, especialmente en superficies como paredes o suelos. No es algo que te salte a la vista todo el tiempo, pero cuando te fijas bien, notas que hay ciertas áreas que no tienen el mismo nivel de detalle que otras, lo cual puede romper un poco esa inmersión en el mundo.

En definitiva, el apartado artístico de Arkham City es uno de sus puntos fuertes. La atmósfera de Gotham está recreada de forma magistral, los personajes tienen un diseño brutal, y la iluminación le da ese toque de cine noir que va perfecto con la temática del juego. Aunque no es perfecto, y algunas zonas podrían haber tenido más contraste o detalle, es un juego que visualmente logra capturar la esencia oscura y caótica del universo de Batman.

Una dirección sonora a la altura de las expectativas

Empecemos por las voces. Kevin Conroy como Batman y Mark Hamill como Joker son simplemente insuperables. Estos dos actores han interpretado a estos personajes durante años, y aquí están en su punto más alto. Conroy le da a Batman ese tono serio, firme y calmado que te hace creer que siempre tiene todo bajo control, mientras que Hamill te da un Joker totalmente desquiciado, impredecible, con ese toque de locura que hace que nunca sepas qué va a hacer o decir. La interpretación de estos dos lleva el juego a otro nivel, porque no solo es lo que dicen, sino cómo lo dicen. Cada línea de diálogo, especialmente las que comparten entre ellos, está cargada de tensión y emoción.

El resto del reparto también está a la altura. Harley Quinn, Hugo Strange, Catwoman… todos los personajes están muy bien interpretados. Y lo mejor es que no se siente forzado, cada voz encaja con la personalidad del personaje. Te crees que están viviendo esa situación caótica en Arkham City.

Luego está la música, que acompaña perfectamente la acción y el ambiente. No es una banda sonora que te llene de melodías pegajosas, pero eso está bien, porque su función es crear tensión y hacer que cada momento de acción o exploración se sienta más épico. Es muy del estilo de las películas de Batman, con esos toques orquestales oscuros, cuerdas tensas y percusión fuerte en las peleas. Ayuda a que te metas en la piel de Batman mientras luchas o investigas. Cuando estás planeando sobre la ciudad o acechando a enemigos, la música sube o baja según la tensión del momento, y eso lo hace súper inmersivo.

Puede que en algunas secciones la música no se sienta tan destacada como debería. En los momentos de calma o exploración, a veces parece que el soundtrack pasa demasiado desapercibido, cuando quizá un poco más de presencia musical podría haber potenciado esos instantes.

En cuanto a los efectos de sonido de los enemigos, a veces pueden sonar un poco genéricos, especialmente en peleas largas. Los mismos gruñidos y gritos pueden llegar a cansar cuando enfrentas a muchos enemigos a la vez. Podrían haber variado más esos detalles para darle más vida a cada enfrentamiento.

¿Hay innovación en Batman: Arkham City?

En cuanto a innovación radical, no diría que Arkham City sacudió por completo la industria. Tomaron la base de Arkham Asylum y la ampliaron. Es decir, si jugaste el primer juego, la estructura básica ya te era familiar: combate fluido, sigilo, y exploración. El combate, aunque sigue siendo divertido y tiene algunos ajustes, no cambió mucho. Mejoraron lo que ya era sólido, pero no es una revolución en ese sentido.

El sistema de misiones secundarias, aunque está bien implementado, sigue la fórmula de muchos juegos de mundo abierto: algunas misiones son geniales, como las relacionadas con personajes icónicos, pero otras se sienten más como relleno. Hubo un intento de hacer el mundo más vivo y dar más cosas para hacer, pero algunas de esas tareas no resultaron tan memorables o innovadoras.

Batman: Arkham City no es el juego más innovador del mundo, pero sí lleva al siguiente nivel lo que Arkham Asylum ya había logrado. La expansión a un mundo abierto, la inclusión de Catwoman y la mayor integración de artilugios son sus puntos más innovadores. No cambia radicalmente las cosas, pero lo que hace lo hace con una maestría que pocos juegos pueden igualar.

¿Cuánto dura Batman: Arkham City?

Cuando hablamos de cuánto dura Arkham City, lo primero que te digo es que depende de cómo juegues. Si eres de los que va a saco a por la historia principal, el juego te puede durar entre 12 y 15 horas más o menos. La campaña principal tiene buen ritmo, y si te enfocas en ir directo al grano, puedes terminarlo en ese tiempo sin problemas. No es un juego corto, pero tampoco es un RPG de 100 horas. Es un término medio que, para un juego de acción y aventura, está bastante bien.

Ahora, si eres de los que les gusta explorar todo, sacar cada misión secundaria, resolver los acertijos del Riddler y buscar todos los coleccionables (y créeme, ¡hay un montón!), el tiempo de juego se extiende bastante. Fácilmente puedes llegar a las 25-30 horas o incluso más. Las misiones secundarias son variadas y muchas de ellas están ligadas a villanos icónicos del universo de Batman, así que si eres fan del lore y de completar todo, el juego te recompensa bien por tomarte el tiempo de hacerlo.

Conclusión final sobre Batman: Arkham City

Batman: Arkham City es una evolución natural de lo que hizo grande a Arkham Asylum, llevándote a un Gotham en caos donde realmente te sientes como el Caballero Oscuro. El combate es fluido y adictivo, el uso de artilugios le da mucha variedad, y la libertad de explorar la ciudad hace que cada rincón tenga algo interesante. La historia está bien construida, con momentos intensos y villanos icónicos que mantienen la tensión. Sin embargo, algunos aspectos como las misiones secundarias pueden volverse algo repetitivos y la IA en las secciones de sigilo no siempre está a la altura. A pesar de estos pequeños detalles, el juego ofrece una experiencia increíblemente satisfactoria y sigue siendo uno de los mejores títulos de superhéroes jamás hechos. Si te gusta Batman o simplemente buscas un juego de acción bien equilibrado, Arkham City es una apuesta segura que no te va a defraudar.

Lo mejor de Batman: Arkham City
  • Te agarra desde el minuto uno y no te suelta. Hay giros, sorpresas y una atmósfera que huele a Gotham en cada rincón. De lo mejorcito en juegos de superhéroes.
  • No solo está el Joker robando cámara, sino también Catwoman, Mr. Freeze, Two-Face y Hugo Strange, cada uno con momentos y tramas propias. Villano que sale, villano que brilla.
  • Espectacular, fluido y adictivo. Sentirás que eres Batman: encadenas golpes, contraatacas y usas artilugios con una naturalidad que ni Bruce Wayne en sus mejores noches.
  • Gotham luce gótica, decadente y peligrosa. Cada barrio tiene su rollo, y los personajes están diseñados con muchísimo mimo y detalle.
  • Lo peor de Batman: Arkham City
  • Los enemigos tienen memoria de pez. Si te ven y te escondes 10 segundos, ya ni se acuerdan de ti. El sigilo podría ser mucho más desafiante.
  • Hay peleas épicas, pero otras batallas con jefes son un trámite soso, como si el jefe estuviera ahí por contrato.
  • Los menús cumplen, pero navegar entre artilugios o mejoras a veces es torpe y poco intuitivo, sobre todo en mitad del lío.
  • Nota final de Batman: Arkham City

    Historia

    Jugabilidad

    Apartado Técnico

    Apartado Artístico

    Apartado Sonoro

    8.5

    Nota Total

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