Análisis de Aragami 2 (Pc, Nintedo Switch, PS4, PS5, Xbox One y Xbox Series X/S)

Aragami 2 es una propuesta de sigilo y acción desarrollada por el estudio español Lince Works, lanzada en septiembre de 2021 y distribuida por la propia desarrolladora junto con Merge Games. Esta secuela sigue expandiendo el universo del primer Aragami, trayendo consigo una mezcla poco interesante de mecánicas clásicas y nuevas ideas que buscan atraer tanto a los veteranos del género como a quienes disfrutan de aventuras con un toque estratégico.

Si jugaste al primer Aragami, seguramente esperabas una secuela que mejorara todo lo que ya funcionaba bien: un sigilo desafiante, poderes útiles y un estilo artístico atractivo. Bueno, malas noticias: Aragami 2 es un downgrade en casi todo. Se siente como un intento a medio gas de hacer un juego de sigilo en mundo aburrido y con una ejecución torpe, en muchos casos, desesperante.

Sinceramente, ¿A quién le importa lo que está pasando?

Si hay algo que le hace falta a Aragami 2, es alma. El juego intenta contarte una historia más elaborada que la del primero, pero el problema es que los personajes son tan planos y carentes de personalidad que es difícil sentirse involucrado. No hay nadie con suficiente carisma como para que realmente te importe lo que está pasando, y eso es un problema cuando el juego quiere que te intereses por un conflicto de clanes y una lucha por la supervivencia.

En el primer Aragami, aunque la historia era sencilla, tenía ese toque especial gracias a la conexión con la misteriosa figura que te guiaba. Había un aire de misticismo, un sentido de propósito. Aquí, en cambio, los personajes secundarios aparecen, dicen dos frases sin emoción y desaparecen como si nunca hubieran existido. Ni siquiera los protagonistas logran destacar, y sus diálogos son tan poco inspirados que parece que ni ellos mismos quieren estar ahí.

El mayor problema es cómo el juego maneja la narrativa. Muchas veces te sueltan información de golpe, sin contexto ni desarrollo, como si estuvieran tachando puntos de una lista de cosas que «deben» contarte. No hay momentos memorables, no hay escenas que te hagan sentir el peso de la historia. Todo se cuenta a través de textos y diálogos genéricos que carecen de impacto.

Y lo peor de todo es que la historia parece avanzar porque sí, sin que realmente sientas que estás influyendo en ella. No hay giros argumentales emocionantes ni momentos que te dejen con la boca abierta. Es solo una sucesión de eventos que pasan sin que realmente te importe el por qué.

En un juego de sigilo, la historia no siempre es lo más importante, pero si vas a ponerle un enfoque narrativo, al menos haz que tenga algo de vida. Aquí, el conflicto entre clanes y la lucha por la liberación de los Aragami se siente más como un pretexto para justificar las misiones repetitivas que como una historia que realmente valga la pena seguir.

Aragami 2
Aragami 2

¿Sigilo o un juego de acción encubierto?

El núcleo del juego es el sigilo, como debería ser. Pero aquí es donde Aragami 2 empieza a tropezar. Se supone que eres un asesino de las sombras, con poderes sobrenaturales, pero el diseño de niveles y la inteligencia artificial de los enemigos no terminan de hacer justicia a esa idea. Los mapas, en su mayoría, están construidos de manera funcional, pero muchas veces son reciclados con variaciones mínimas, lo que mata la sensación de descubrimiento.

La IA, por otro lado, es… floja. A veces los enemigos te ven desde el otro lado del mapa y otras veces pasas a su lado y ni se inmutan. El sigilo pierde peso cuando el sistema de detección es inconsistente, y esto afecta directamente la experiencia. No hay tanta tensión como debería haber en un juego de este tipo porque la reacción de los enemigos es tan errática que terminas sintiéndote más frustrado que desafiado.

Y si te pillan, aquí es donde llega otro problema: el combate. Sí, ahora puedes pelear, algo que en el primer juego apenas existía. Suena bien en papel, pero la ejecución deja mucho que desear. Es un sistema de combate básico, con parrys y ataques cuerpo a cuerpo que no se sienten ni fluidos ni satisfactorios. Es un añadido que termina quitándole peso al sigilo, porque en muchas situaciones es más fácil despachar a los enemigos a golpes que intentar pasar desapercibido. En un juego donde el sigilo debería ser la estrella, este enfoque termina desbalanceando la experiencia.

El sistema de habilidades parece interesante al principio. Puedes mejorar ciertos aspectos de tu personaje, desbloquear nuevos movimientos y potenciar algunas habilidades. Pero la realidad es que nada de esto cambia demasiado la forma en que juegas. Sí, hay movimientos nuevos y mejoras útiles, pero la sensación de progresión no es tan marcada. No hay un punto en el que digas: «¡Ahora sí que me siento más poderoso!» Simplemente avanzas, mejoras un poco, pero nunca sientes que dominas verdaderamente la mecánica.

Además, los poderes de sombra, que eran una parte fundamental del primer juego, aquí se sienten más limitados. No hay una gran variedad de opciones estratégicas y, en muchos casos, las habilidades disponibles no tienen un impacto significativo en la jugabilidad. Se esperaba algo más innovador, pero el sistema se queda en algo cumplidor, sin destacar realmente.

Aragami 2 tiene un poco de todo, pero con problemas

A nivel visual, Aragami 2 no está mal, pero tampoco sorprende. El estilo artístico sigue siendo bonito, pero la falta de detalle en algunos entornos y la repetición de mapas hacen que se sienta menos inspirador. Lo peor, sin embargo, son los problemas técnicos. Personalmente, no he experimentado caídas de FPS, pero hay bugs que pueden dejarte pensando: «Los beta testers deberían haberse fijado más».

El sonido tampoco es especialmente memorable. La música ambienta bien, pero no hay ninguna pieza que realmente resalte o que te haga sentir más inmerso en la experiencia. Los efectos de sonido cumplen, pero no aportan esa sensación de impacto o sigilo que uno esperaría.

Aragami 2
Aragami 2

Modo cooperativo – ¿El salvavidas de Aragami 2?

Uno de los grandes añadidos de Aragami 2, que también tuvimos en su precuela, fue el modo cooperativo. Y sí, jugar con amigos hace que la experiencia sea más divertida (te lo puedo asegurar), pero tampoco salva al juego de sus problemas. Sigue habiendo fallos de IA, misiones repetitivas y una estructura que no se siente especialmente diseñada para el cooperativo. A veces, jugar con otros termina haciendo que el sigilo sea aún más irrelevante, ya que la coordinación perfecta rara vez ocurre y, muchas veces, la partida se convierte en un caos de enfrentamientos innecesarios.

Duración basada en la repetición, no en el contenido

La campaña dura alrededor de 15-17 horas, pero se siente más larga de lo que debería porque todo se vuelve repetitivo muy rápido. La mayoría de misiones siguen la misma estructura: ve a X lugar, roba algo, mata a alguien o rescata a un NPC. No hay variedad ni momentos memorables, solo una serie de tareas monótonas.

Si decides completar todo el contenido, el juego puede alargarse hasta 30 horas, pero sinceramente, para entonces ya estarás agotado de hacer lo mismo una y otra vez.

El problema del endgame y la rejugabilidad

Uno de los grandes problemas de Aragami 2 es que una vez que terminas la historia, no hay mucho incentivo para seguir jugando. No hay un modo de juego extra que te desafíe con reglas distintas, ni objetivos secundarios que añadan profundidad.

El sistema de progresión tampoco ayuda en este aspecto. Aunque puedes desbloquear habilidades nuevas a medida que avanzas, no hay suficiente variedad como para hacer que una segunda partida se sienta diferente. No hay builds especializadas ni estilos de juego radicalmente distintos que te motiven a volver a jugar. En otros títulos de sigilo, puedes desarrollar personajes con diferentes habilidades o, al menos, tienes contenido secundario interesante, lo que hace entretenido volver a jugar después de haberte pasado la historia principal. En Aragami 2 no tienes este tipo de contenido ni profundidad, lo que le resta emoción y ganas de rejugarlo.

El multijugador, aunque puede hacer que la experiencia sea más llevadera, tampoco salva la falta de contenido a largo plazo. Al no haber modos de juego distintos ni eventos que aporten variedad, la rejugabilidad se siente limitada.

Conclusión final sobre Aragami 2

Aragami 2 es un título con buenas intenciones pero una ejecución que deja mucho que desear. No solo ha perdido parte de la esencia del primer juego, sino que ha intentado expandirse en direcciones que no terminan de funcionar. No es un juego terrible, pero tampoco es uno que destaque. Aragami 2 se siente atrapado entre dos estilos de juego y no logra dominar ninguno de ellos, lo que resulta en una experiencia que, aunque entretenida en ciertos momentos, nunca brilla lo suficiente como para dejar una huella real.

Lo mejor de Aragami 2
  • El movimiento y la verticalidad.
  • El modo cooperativo.
  • Lo peor de Aragami 2
  • Los niveles reciclados y la repetitividad.
  • La historia y los personajes sin carisma.
  • El sistema de progresión poco impactante.
  • Nota final de Aragami 2

    Historia

    Jugabilidad

    Apartado Técnico

    Apartado Artístico

    Cooperativo

    Apartado Sonoro

    5.5

    Nota Total

    Echa un vistazo al análisis de la precuela de Aragami 2

    Si Aragami 2 te ha gustado y no jugaste a su precuela, puedo decirte con casi total seguridad que te va a gustar aún más. Tiene una mejor historia y un mejor sistema de sigilo, además de seguir incluyendo el modo cooperativo para jugarlo con un amigo.

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