Assassin’s Creed Syndicate salió al mercado el 23 de octubre de 2015 y fue desarrollado y distribuido por Ubisoft, quien ya había estado trabajando en la saga desde su inicio. En esta entrega, nos trasladamos a la Londres victoriana, una época llena de intrigas, revolución industrial y personajes históricos que le dan vida a la historia que jugaremos.
En este análisis, vamos a profundizar en varios puntos importantes, como la trama; luego nos adentraremos en la jugabilidad, examinando las mecánicas de parkour, el uso del gancho y cómo se siente moverse por la ciudad. También discutiremos el apartado técnico y artístico, viendo cómo la ambientación y el sonido contribuyen a la experiencia. Así que, sin más dilación, vamos con el análisis.
La trama de Syndicate está ambientada en la Londres victoriana, alrededor de 1868, en plena Revolución Industrial. Básicamente, es una época en la que las fábricas están por todos lados, hay mucha explotación laboral y las clases trabajadoras lo están pasando mal.
La novedad aquí es que tienes dos protagonistas: los hermanos Jacob y Evie Frye. Jacob es el más rebelde, impulsivo y directo, mientras que Evie es más estratégica, calculadora y apegada a las reglas de los Asesinos. Esa dualidad entre ambos le da frescura a la historia, porque, aunque comparten un objetivo en común, cada uno tiene su propio enfoque y motivos.
El tono general del juego es bastante relajado en comparación con otros títulos de la saga. Hay personajes con un humor más sarcástico y que no suelen tomarse las cosas tan en serio, lo que da lugar a diálogos y situaciones que no se sienten tan pesadas o solemnes como en otras entregas de la saga. Sin embargo, la trama no es particularmente compleja o profunda. Está bien para lo que propone: una lucha de poder entre Asesinos y Templarios en un momento histórico interesante, pero no es que te vuele la cabeza como pasaba con la historia de Ezio y Altaïr.
Otro punto a favor es que se siente muy "de época". El juego captura muy bien la atmósfera: la niebla, los edificios industriales, los barrios pobres… incluso las figuras importantes del siglo XIX que te cruzas están bien integradas en la trama, algo que ya hemos visto en más de una ocasión en esta franquicia.
La jugabilidad es básicamente lo que ya conoces de Assassin’s Creed, pero con algunas mejoras y detalles que lo hacen más dinámico y entretenido. Lo más novedoso es que puedes controlar a los dos protagonistas mencionados anteriormente. Cada uno tiene su propio estilo, aunque, la verdad, las diferencias no son tan grandes como para cambiar drásticamente cómo juegas.
Jacob es más adepto al combate cuerpo a cuerpo, mientras que Evie es más sigilosa, enfocada en eliminar a los enemigos sin ser vista. Lo bueno es que puedes alternar entre ellos casi en cualquier momento, así que puedes ajustar tu estilo según la misión o tus preferencias.
Uno de los cambios más notables en la jugabilidad es el gancho, que te permite moverte mucho más rápido por la ciudad. Ahora puedes dispararlo y ascender en un segundo, lo que hace que explorar Londres sea muy fluido. Además, también te permite deslizarte entre edificios como si fueras Batman, lo que le da un toque bastante épico al parkour.
El combate, por otro lado, es más simplificado en comparación con juegos anteriores. En lugar de espadas, ahora la pelea es más de corto alcance, con cuchillos, puños y bastones. Se siente más rápido y dinámico, aunque a veces puede volverse algo repetitivo. No necesitas ser un experto en combos: con un par de botones y buen timing puedes despachar a una pandilla completa sin mucho esfuerzo. Eso sí, es muy satisfactorio golpear a los enemigos en esos combates cuerpo a cuerpo.
Hablando de la capital de Gran Bretaña, el mapa está genial. Puedes robar carruajes y protagonizar persecuciones al estilo GTA, lo cual es divertido, aunque el control de los carruajes no es el mejor. A veces se sienten un poco difíciles de manejar, especialmente cuando intentas hacer giros rápidos, pero no deja de ser una mecánica entretenida.
Como en otras entregas, también puedes ir adquiriendo nuevos equipos y habilidades tanto para el sigilo como para el combate y el control de los carruajes.
Todo este conjunto hace que el mundo se sienta vivo incluso fuera de las misiones principales.
Gráficamente, el juego se ve bastante bien. Londres está recreado con mucho detalle, desde los enormes edificios de la Revolución Industrial hasta los barrios más pobres y sucios. Las texturas y los efectos de luz funcionan bien, especialmente cuando se observa la clásica neblina de la ciudad o los reflejos en los charcos de las calles. Sin embargo, si lo comparas con juegos más actuales o incluso con otros títulos de la saga, como Assassins Creed Unity, te das cuenta de que no es lo más destacado en gráficos. Eso sí, los protagonistas tienen buenos modelados y animaciones bastante cuidadas.
El rendimiento es otro tema. En su lanzamiento, el juego salió mucho mejor optimizado que Unity, que fue un desastre técnico con bugs por todos lados. En este título, las cosas están más estables: las caídas de framerate no son tan comunes y se siente fluido la mayor parte del tiempo, incluso en zonas muy pobladas. Pero no es perfecto. Si juegas en consolas de la época (PS4, Xbox One), puede haber algunas bajadas en ciertos momentos más caóticos, y en PC también, dependiendo del equipo que tengas.
Ahora, hablemos de los bugs. No es que te vayas a encontrar con problemas graves, pero sí puede haber momentos raros: gente flotando o atravesando paredes, físicas que se ponen algo locas o el típico NPC que se queda trabado corriendo contra una pared. Son cosas que te sacan una risa, pero no suelen romper la experiencia. La verdad, en la versión de ordenador que hemos jugado, a día de hoy no hemos encontrado problemas de este tipo, así que, si lo juegas ahora, es probable que no te encuentres ningún fallo o como mucho alguno suelto.
Los tiempos de carga están bien para su generación, aunque pueden ser algo largos en las versiones de consola. Si tienes un buen ordenador, como ha sido nuestro caso, no tarda demasiado en cargar.
Hablando del arte del videojuego, Londres está dividida en distritos, y cada uno tiene su propia personalidad. Desde barrios súper lujosos con edificios victorianos elegantes hasta zonas industriales más oscuras, sucias y llenas de maquinaria pesada, el juego logra capturar esa dualidad entre la riqueza de la élite y la pobreza de las clases trabajadoras.
Los diseños de personajes y vestuario también están a la altura. Los trajes de los hermanos Frye se ven geniales, con ese estilo de asesinos que mezcla lo elegante con lo práctico. En cuanto a los enemigos y NPC, también varían según el contexto social en el que te encuentres. Los Templarios de clase alta tienen uniformes más elaborados, mientras que las bandas callejeras rivales usan ropa desgastada, con chaquetas de cuero y pantalones remendados. Estos detalles te ayudan a sentir el contraste entre clases sociales.
Algo que destaca en el apartado artístico es su paleta de colores, claramente influenciada por el estilo visual de la época. Los tonos son mayormente apagados, predominando los grises, marrones y verdes oscuros. Esto va muy de la mano con el sentimiento de opresión y lucha de clases que define al Londres de la Revolución Industrial, reflejando el ambiente frío, casi deprimente, de un lugar en plena transformación.
Aun así, eso no significa que el juego carezca de tonos más llamativos. En zonas más lujosas o eventos específicos, verás toques más vivos que destacan en los palacios o en las vestimentas de las clases altas. Pero el color aquí se usa de forma intencionada, más para resaltar la diferencia entre poder y opresión que para saturar todo el juego.
El diseño arquitectónico es otro punto fuerte. La recreación de edificios emblemáticos como el Big Ben, el Parlamento o el Tower Bridge es impresionante. Trepar estos edificios es una pasada porque te da esa sensación de escala y majestuosidad.
Primero, hablemos de los efectos de sonido, que están muy bien hechos. El juego te mete de una en la atmósfera de la ciudad. Cuando caminas, puedes escuchar a la gente hablando en las calles, a los vendedores ofreciendo sus productos, los caballos tirando de los carruajes y las máquinas de las fábricas haciendo ruido. Todo eso te hace sentir que estás en un lugar realmente vivo.
El sonido de las armas y el combate también está muy logrado. Los golpes se sienten contundentes, y cada vez que uno de los hermanos se lanza a puñetazos, los sonidos de los impactos son bastante satisfactorios. Las armas, como los cuchillos o bastones, tienen su propio sonido característico, lo que te hace sentir la brutalidad de las peleas. Además, cuando usas el gancho para trepar edificios, el "clink" metálico suena nítido y te da la sensación de que realmente estás usando una herramienta mecánica.
El parkour tiene sus propios efectos: cada salto, deslizamiento o caída desde una altura está bien sincronizado con los movimientos. No es algo que destaque de manera espectacular, pero definitivamente aporta a que moverte por las calles y edificios sea más inmersivo.
En cuanto al doblaje, tanto en inglés como en otros idiomas, está bien hecho. Los actores que dan vida a los Frye lo hacen genial. Las interacciones entre ellos se sienten naturales, y el hecho de que cada NPC tenga su personalidad bien marcada en la voz ayuda mucho a hacerlos más memorables.
Los demás personajes también están bien doblados, aunque en algunas ocasiones pueden sonar un poco genéricos, sobre todo los enemigos. Cuando peleas con los pandilleros en la calle, muchos repiten las típicas líneas ("¡Lo atraparé!" o "¡Te mataré, bastardo!"). No es algo que arruine la experiencia, pero puede llegar a ser repetitivo después de un rato.
Algo interesante es que algunos NPCs tienen acentos británicos marcados, lo que añade un plus a la ambientación. No es algo único de este juego, ya que su entrega anterior también lo hacía, pero escuchar distintos acentos según si estás en un barrio pobre o rico, o cuando interactúas con personajes importantes de la historia, hace que todo se sienta más auténtico.
La música cumple con su función, pero no es de esas bandas sonoras que recordarás por años. Está bien adaptada al momento histórico que representa, usando muchos instrumentos de cuerda y piano para darle ese toque clásico. En momentos de acción, la música se vuelve más rápida y tensa, y en las partes más sigilosas, baja el ritmo para acompañar el suspenso. Todo esto funciona, pero no te vas a parar a escucharla por su epicidad.
En general, la música es más de fondo que algo que resalte por sí sola. Acompaña bien lo que estás haciendo, pero no es de esos soundtracks que buscarás en Spotify para escuchar fuera del juego.
Lo primero que hay que decir es que no es un juego que revolucione mucho respecto a lo que ya había. Si venías esperando que Ubisoft cambiara el juego por completo, no va por ahí. Después del batacazo técnico que fue Unity, decidieron jugar a lo seguro y corregir los errores del anterior. Eso no significa que no haya cosas nuevas, pero es más una evolución suave que una reinvención total.
Una de las mayores innovaciones es el gancho lanzador, que ya hemos mencionado en este artículo. Es una herramienta al estilo Batman Arkham que te permite moverte por los edificios de manera rápida. Trepar edificios gigantes, como el Big Ben, ahora es mucho más fácil y rápido, lo cual se agradece.
Eso sí, este gancho hace que el parkour, que antes era el núcleo del movimiento en los juegos anteriores, se sienta un poco menos importante. Antes tenías que planear tus rutas para subir a los edificios; ahora simplemente apuntas y te lanzas. ¿Es divertido? Sí, bastante. ¿Le quita algo del desafío clásico de moverte? Un poco.
La otra gran novedad es el poder jugar con los dos hermanos, que tienen estilos de juego ligeramente distintos, además de la posibilidad de cambiar entre ellos en cualquier momento fuera de las misiones principales, lo que le da algo de frescura al gameplay.
Otra cosa nueva son los carruajes, que puedes robar y usar para moverte más rápido por la ciudad o para hacer persecuciones al estilo de una película de acción. Es una adición chula porque le aporta más dinamismo a los desplazamientos y a las peleas en movimiento. Además, Londres es un lugar bastante grande, y moverse con carruajes es mucho más rápido que correr de un lado a otro.
Si solo te enfocas en la misión principal, la duración puede estar entre 17 y 20 horas, un tiempo bastante razonable para un juego de este estilo. La historia no es la más larga de la saga, pero tampoco se siente apresurada. Las misiones son variadas y mantienen el interés, así que si te gusta la narrativa y quieres disfrutar de la vida de Jacob y Evie, encontrarás suficiente contenido para justificar el tiempo.
Ahora, si eres de esas personas a las que les gusta hacer todo, la duración puede estirarse bastante. Hay un montón de misiones secundarias, actividades y coleccionables por completar, desde ayudar a NPCs en problemas hasta participar en desafíos de carrera, resolver crímenes o participar en las guerras de pandillas. Si decides hacer todo esto, podrías llegar a las 50-60 horas. La cantidad de contenido es considerable, y tendrás juego para rato.
Puedo decir que es una entrada notable dentro de la franquicia, que logra innovar en varios aspectos sin perder el ADN característico de la saga. La ambientación en el Londres victoriano es una de sus fortalezas más destacadas, aprovechando el contexto histórico para ofrecer una experiencia inmersiva que, junto con un diseño de ciudad detallado, permite al jugador sentirse parte de una época de grandes cambios. La inclusión de dos protagonistas con estilos y personalidades complementarios, Evie y Jacob Frye, aporta frescura a la narrativa, explorando temas de familia y lucha por la justicia en una época de industrialización.
A nivel de jugabilidad, la mecánica del gancho añade un dinamismo que mejora el desplazamiento vertical en la ciudad, haciendo que los viajes por los tejados sean más fluidos y entretenidos. Sin embargo, algunos aspectos como las misiones secundarias pueden sentirse repetitivas y carecen de profundidad, lo que contrasta con el esfuerzo evidente en la narrativa principal. El sistema de combate se siente un tanto más ágil en comparación con entregas anteriores, aunque para algunos jugadores podría perder el reto táctico que caracterizaba a los juegos previos de la serie.
Assassin’s Creed Syndicate ofrece una experiencia de juego atractiva, especialmente para quienes disfrutan de un entorno histórico bien trabajado y un enfoque narrativo diverso, aunque con ciertos detalles en la jugabilidad que podrían mejorarse.