Análisis de Masters of Anima (Nintendo Switch, Pc, PS4 y Xbox One)

Masters of Anima, desarrollado por Passtech Games y lanzado en 2018, es un título que mezcla estrategia en tiempo real con mecánicas de acción. Publicado por Focus Home Interactive, este juego te pone en los zapatos de Otto, un aprendiz de mago que busca convertirse en un Maestro de Ánima para rescatar a su prometida y salvar el mundo.

En este análisis, vamos a ver varios apartados: cómo es su jugabilidad, el diseño de niveles, la integración de la narrativa con las mecánicas, y hasta qué punto logra mantenernos enganchados. También evaluaremos si esa mezcla entre acción y estrategia realmente funciona o si se queda a medias. La idea es hablar claro y sin rodeos sobre lo que el juego hace bien y dónde patina. ¿Listo para entrar en el mundo de Ánima? ¡Vamos allá!

Un mundo prometedor con personajes que se quedan cortos

La historia de Masters of Anima tiene un punto de partida bastante interesante: Otto, un aprendiz de magia, quiere convertirse en Maestro de Ánima no solo por ambición personal, sino porque literalmente necesita ese poder para rescatar a su prometida Ana, quien ha sido secuestrada y dividida en fragmentos por el villano Zahr. En papel, suena épico y emocionante, y, en parte, lo es. La premisa está bien planteada, logra captar tu atención desde el inicio y tiene ese aire de cuento fantástico donde las emociones personales mueven la trama. Además, el mundo de Ánima tiene cierto encanto, con conceptos sobre magia y energía que dan para construir un universo interesante.

Sin embargo, a medida que avanzas, la historia empieza a flaquear en el mismo punto donde muchas otras lo hacen: ser predecible y superficial. El villano Zahr, aunque visualmente imponente, carece de profundidad y termina siendo el clásico antagonista que hace el mal porque sí, sin que realmente entendamos sus motivaciones más allá de un simple ‘quiero poder’. Por otro lado, Ana, quien debería ser un personaje importante por el peso que tiene en la trama, no llega a desarrollarse lo suficiente, y su papel queda reducido a ser ‘la damisela en peligro’. Esto es una oportunidad perdida, ya que, con un poco más de esfuerzo, podrían haber hecho de ella un personaje más activo en la narrativa.

Lo que sí hace bien la historia es mantenerte enfocado en el objetivo principal. Nunca te pierdes ni te confundes sobre qué está pasando o qué debes hacer. Además, algunos momentos emocionales, como los encuentros con Ana fragmentada, están bien logrados y logran transmitir algo de la conexión entre los protagonistas. Sin embargo, el guion en general carece de matices, y los diálogos no siempre logran brillar. Se siente que pudieron profundizar mucho más en los personajes y en el mundo que presentan, pero optaron por algo más seguro y básico.

Una jugabilidad bien construida, pero que requiere más variedad

La jugabilidad de Masters of Anima es, sin duda, el corazón del juego, y aquí es donde más intenta brillar. La idea de controlar a Otto, quien puede invocar y dirigir ejércitos de guardianes mágicos, mezcla elementos de estrategia en tiempo real con acción directa, lo que da una sensación de control bastante interesante. Lo mejor es cómo estas mecánicas te obligan a pensar rápidamente mientras gestionas tus recursos mágicos para invocar tropas y enfrentarte a enemigos más grandes que tú. Cada tipo de guardián tiene su función específica, y combinarlos bien en el campo de batalla es clave para superar los retos. Este enfoque estratégico se siente satisfactorio cuando logras dominarlo, especialmente en enfrentamientos donde cada decisión cuenta.

Sin embargo, el sistema no es perfecto. La curva de aprendizaje puede ser un poco empinada al principio, ya que el juego no explica del todo bien cómo sacar el máximo partido a tus guardianes. A esto se suma que los controles, especialmente en consola, no siempre son tan precisos como deberían, lo que puede ser frustrante en momentos críticos. Cambiar de unidades o dar órdenes específicas mientras te mueves por el campo puede sentirse torpe, y eso rompe un poco el ritmo de la acción.

Otro punto positivo es cómo las batallas están diseñadas para mantenerte en constante movimiento. No puedes simplemente plantar a tus guardianes y esperar a que resuelvan todo; tienes que estar atento, esquivar ataques, y reposicionar tus unidades. Sin embargo, esta dinámica pierde fuerza cuando los enfrentamientos comienzan a volverse repetitivos. Los enemigos no son lo suficientemente variados, y al cabo de unas horas sientes que estás haciendo lo mismo una y otra vez, lo que puede restarle frescura al sistema.

Además de las batallas, el juego intenta incluir exploración y resolución de puzles, pero estos elementos son bastante básicos. Aunque ayudan a romper el ritmo de los combates, no llegan a ser tan interesantes como podrían ser. Los puzles se basan casi siempre en usar a tus guardianes de formas predecibles, y rara vez presentan un verdadero desafío.

Un apartado técnico correcto, aunque irregular en Nintendo Switch

Gráficamente, el título tiene un estilo minimalista y colorido que funciona bien para el tipo de historia y ambientación que propone. Los modelos de personajes y enemigos son simples, y el diseño de los escenarios, aunque no es particularmente detallado, logra transmitir ese aire fantástico y mágico del mundo de Ánima. Sin embargo, la falta de variedad visual puede hacer que el juego se sienta un poco monótono tras varias horas, ya que las áreas comparten demasiados elementos y texturas similares.

En cuanto a rendimiento, el juego se comporta bien en la mayoría de las plataformas. En PC, con un hardware decente, es estable y corre sin problemas a 60 FPS, incluso en momentos de mucha acción con muchísimas unidades en pantalla. En consolas, específicamente en las generaciones anteriores como PS4 y Xbox One, el rendimiento sigue siendo muy bueno. En Nintendo Switch, la experiencia es algo más irregular. Si bien es jugable, la resolución baja y el rendimiento no tan fluido pueden afectar un poco la inmersión, especialmente si estás acostumbrado a una mayor estabilidad.

La tasa de respuesta de los controles es correcta en general, pero en plataformas como Switch y consolas antiguas, los momentos de sobrecarga en pantalla pueden generar cierta latencia, lo que, combinado con el sistema de selección de unidades, puede dificultar algunas acciones rápidas. En PC, este problema se reduce considerablemente gracias al uso del teclado y el ratón, que ofrecen un mayor nivel de precisión en la gestión de tropas.

En cuanto a las físicas, estas son bastante básicas. No esperes interacción compleja con el entorno ni sistemas de destrucción elaborados; todo está más enfocado en que las mecánicas de combate y estrategia funcionen de manera correcta. Esto no es necesariamente malo, pero sí limita un poco las posibilidades creativas dentro del juego.

Un estilo artístico coherente, pero poco impactante

El apartado artístico de Masters of Anima es uno de sus puntos más interesantes. La dirección artística apuesta por un estilo minimalista y colorido que encaja bien con el tono fantástico del juego. Los escenarios, aunque no son particularmente detallados, logran transmitir una sensación de magia y misticismo gracias a los colores vibrantes y los diseños geométricos. Este enfoque le da una personalidad propia, pero al mismo tiempo se siente limitado, ya que las áreas tienden a parecer demasiado similares entre sí, lo que le resta impacto visual al avanzar en la historia.

El diseño de personajes es funcional, pero tampoco destaca demasiado. Otto y Ana, los protagonistas, tienen un aspecto simpático y acorde con la estética general del juego, pero carecen de detalles que los hagan destacar. Los enemigos y guardianes, aunque variados en sus tipos, también sufren de cierta falta de imaginación en sus diseños. Si bien son reconocibles y cumplen su función dentro del juego, no hay nada que realmente te sorprenda o se quede contigo después de jugar.

La iluminación es uno de los aspectos que más ayuda a crear la atmósfera. Aunque sencilla, está bien trabajada para resaltar los elementos importantes en cada escena y darle vida al mundo de Ánima. Las zonas iluminadas con tonos cálidos o mágicos contrastan de manera efectiva con las áreas más oscuras y amenazantes, ayudando a mantener el tono narrativo.

Las cinemáticas, por su parte, tienen un estilo muy básico, casi como si estuvieran hechas para no robar demasiado protagonismo a la jugabilidad. Esto puede ser positivo en el sentido de que el juego nunca te saca del flujo de la acción, pero también es una oportunidad perdida, ya que un enfoque más ambicioso en estas secuencias podría haber dado un peso mayor a los momentos clave de la historia.

El apartado sonoro de Masters of Anima no es nada del otro mundo

La banda sonora es sencilla, con temas orquestales y melódicos que acompañan bien la sensación de aventura y fantasía del juego. Durante los momentos de combate, la música hace un buen trabajo intensificando la acción, y en las partes más tranquilas se adapta para mantener una atmósfera relajada. Sin embargo, no es una banda sonora que te vaya a quedar grabada. Los temas son agradables, pero carecen de esa chispa que hace que quieras escucharlos fuera del juego.

Los efectos de sonido, por otro lado, están bien logrados. Cada habilidad, invocación y ataque tiene un sonido distintivo, lo que ayuda a identificar lo que ocurre en pantalla, especialmente cuando estás manejando a varios guardianes a la vez. Esto es clave en un juego con mecánicas tan dinámicas, y en ese sentido cumple muy bien. Sin embargo, algunos efectos pueden volverse repetitivos tras muchas horas de juego, especialmente en las batallas más largas, donde los mismos sonidos se repiten una y otra vez.

La actuación de voz es donde el juego más divide opiniones. Los personajes principales tienen voces decentes que transmiten las emociones necesarias, pero no llegan a destacar por su calidad interpretativa. Los diálogos son un poco planos, lo que no ayuda a que la actuación sobresalga. En algunos casos, el tono de los personajes puede sentirse un poco fuera de lugar, restándole peso a los momentos más serios de la historia. Además, el juego utiliza un narrador para contextualizar ciertas partes, pero su estilo puede sentirse demasiado genérico, sin el impacto que podría haber tenido si hubieran arriesgado más con la entonación o la personalidad.

¿Existe innovación en Masters of Anima?

La innovación en Masters of Anima es un tema interesante porque el juego intenta mezclar géneros y mecánicas de formas que, aunque no sean completamente nuevas, resultan frescas en el contexto actual. La combinación de estrategia en tiempo real con acción directa y control de tropas es un punto que lo diferencia de otros títulos del mercado. No es común ver juegos que te permitan manejar un ejército mientras también estás directamente involucrado en el combate, y este enfoque logra que la jugabilidad se sienta única en varios momentos. La idea de invocar y gestionar guardianes, cada uno con habilidades específicas, añade un componente estratégico que funciona bastante bien, sobre todo en enfrentamientos más complejos.

Sin embargo, cuando miramos más de cerca, nos damos cuenta de que Masters of Anima no revoluciona realmente ninguna de estas ideas. Más bien toma conceptos ya vistos en otros juegos, como Pikmin o Overlord, y los adapta a su propia visión. Lo que aporta de nuevo es la forma en que mezcla estos elementos, pero no llega a empujar los límites de lo que podría hacer con ellos. Por ejemplo, las interacciones entre los diferentes tipos de guardianes y las estrategias que puedes usar se sienten algo limitadas, y después de unas horas el sistema pierde parte de su encanto porque ya has visto prácticamente todo lo que tiene para ofrecer.

¿Cuál es la duración de Masters of Anima?

La duración de Masters of Anima es bastante razonable para el tipo de juego que es, aunque puede variar dependiendo de tu estilo de juego y de cuánto quieras exprimirlo. Si decides ir a saco, centrándote únicamente en la historia principal y dejando de lado los coleccionables o las mejoras secundarias, el juego te llevará unas 6 a 8 horas completarlo, dependiendo de tu habilidad para adaptarte a las mecánicas y superar los combates. En este caso, la experiencia es directa y fluida, pero puede sentirse algo corta si estás acostumbrado a juegos más extensos.

Por otro lado, si eres de los que disfrutan explorando cada rincón y completando todo el contenido, como recoger todos los fragmentos de Ánima, mejorar al máximo tus habilidades y la de los guardianes, la duración puede extenderse fácilmente a unas 15 o 17 horas. Este enfoque añade más valor al juego, ya que te permite experimentar mejor sus sistemas y enfrentarte a retos adicionales.

Conclusión:

Masters of Anima es un juego que logra entretener y ofrece momentos de auténtico disfrute, pero no termina de alcanzar todo su potencial. Tiene una base sólida, especialmente en su jugabilidad estratégica que mezcla acción directa con control de tropas, y esto es suficiente para mantenerte enganchado durante gran parte de la experiencia. Sin embargo, la falta de profundidad en varios de sus apartados, como la historia, los diseños visuales y la variedad de mecánicas, hace que se quede en un nivel más básico.

Masters of Anima es un buen juego, especialmente para quienes disfrutan de propuestas que mezclan estrategia y acción con un toque de fantasía. Es una experiencia entretenida y bien construida dentro de sus limitaciones, pero no es el tipo de título que deja una marca indeleble o que recomiendes sin reservas. Es uno de esos juegos que te divierten mientras los juegas, pero que, una vez terminados, difícilmente se convierten en una referencia en su género. Una buena opción para pasar un rato agradable, pero no esperes que te sorprenda demasiado.

Valoración final de Masters of Anima

Historia

6

Jugabilidad

7

Apartado Técnico

7

Apartado Artístico

7

Apartado Sonoro

6
6.6

Nota Total

Scroll al inicio